martes, 26 de mayo de 2009

LA MOTIVACION, COMBUSTIBLE DEL ÉXITO


Todo parte de saber ¿qué es lo que buscamos? ¿Qué es lo que cada uno de nosotros quiere?

En tiempos como los nuestros, donde compartimos un mundo de desasosiego, resulta importante averiguar qué es lo que buscamos, de forma general todos deseamos tener éxito.

Sin embargo, muy pocos sabemos definir con precisión lo que representa para cada uno de nosotros el éxito, si hurgamos un poco en nuestro interior todos pretendemos un poco de felicidad, entonces nuestra verdadera necesidad se orienta a la sensación de felicidad, pero analicemos que representa la felicidad, en sí la felicidad es esa sensación de plenitud y dicha o gozo que se experimenta como consecuencia de algún logro y esta sensación continua, es a lo que llamamos éxito.

Es entonces necesario que aclaremos que es lo que cada uno de nosotros quiere interior y exteriormente, nuestra verdadera intención al realizar nuestros emprendimientos, una vez que se ha definido esto, es necesario analizar si esa experiencia continua de plenitud puede ser obtenida desde el exterior, si nos la puede proporcionar otra persona, si podremos obtenerla de leer unos tantos libros, o de asistir a conferencias o entrevistarnos con gurús, instructores, mentores, o sencillamente esto carece de sentido, si no empezamos por buscar dentro de nosotros.
Recuerda que el éxito nace del mismo éxito en todo sentido, nace de ti, que eres un proyecto de vida impulsado hacia la vida exitosamente, por lo tanto es necesario que hagas un inventario de los logros, sabiendo a conciencia ¿qué es lo que alcanzaste?, ¿qué cosas lograste?, ¿qué retos has superado?, teniendo claro que no es necesario que sean cosas realmente importantes, sino más bien pequeños logros que sabes que de alguna forma influyen en la vida que ahora tienes.

Éste sencillo examen de conciencia alimenta tu autoestima y fortalece la creencia de que eres capaz de realizar todos tus propósitos. Si antes fuiste capaz de realizar lo que un día fue solamente una idea en tu mente, hoy serás capaz de generar el mismo y quizá mejor resultado.

De esta manera la motivación crece, como semilla germinada por tierra fértil, la auto motivación genera fuerzas para hacerte cargo de lo que está en ti, para elevarte al máximo de tus potencial en las circunstancias que vives y enseñarte que tú haces la diferencia en los resultados que buscas.

Todo es mente, todo es relación, que estoy afirmando con esto, es simple, es necesario que hagas una evaluación que te indique en donde te encuentras en cada área de tu vida, en desarrollo personal y social, salud, pareja, profesión, trabajo, finanzas, espiritualidad, gozo; debes ser sincero contigo mismo y aplaudirte por tus aciertos y hacer conciencia de tus errores, si por algún motivo varias de las áreas de tu vida han dado un gran bajón, eso significa que tu relación con esas áreas está mal, si el bajón es financiero, eso te está diciendo que tu relación con el dinero anda mal, si a pesar de todos tus esfuerzos nunca lograste adquirir un bien que sea significativo como una casa, un negocio, o si después de haberlo tenido te es arrebatado por embargo o algún problema de ese tipo, tu relación con la propiedad está mal, si tu bajón es sentimental, algo anda mal en tu forma de relacionarte con los seres queridos, y así.

En la mayoría de los casos la mayor dificultad se presenta porque nunca nos damos la oportunidad de analizarnos a nosotros mismos, de observarnos.

Finalmente, para aprender a motivar a los demás, primeramente debemos a aprender a motivarnos a nosotros mismos, si tienes ciertos valores, dones, y te gusta ayudar a los demás, para que alcancen sus objetivos; en ti debe arder la emoción que mueve al ser y excita el alma, y antes que nada se tiene que tener claro ¿por qué? y ¿para qué emprender en eso? ¿Qué voy a lograr con eso? ¿En quién me voy a convertir como persona al alcanzarlo? Solamente de lo que hay en nuestro corazón, se puede dar a los demás.

Las Marcas Buscan la Conquista De Sus Clientes En El Punto De Venta


La recesión económica ha incrementado la necesidad de que las enseñas orienten al corto plazo la creación de valor para sus clientes ofreciéndoles funcionalidad y racionalidad.

“La actual situación económica ha provocado un cambio en el consumidor, que ha sustituido una compra actitudinal influenciada por la comunicación por otra más racional y orientada a la funcionalidad”, explica Josep María Oroval, director del Centro de la Marca de Esade y profesor de esta escuela de negocios.


Por eso, el escenario en el que la enseña se juega la posibilidad de conquistar a sus potenciales clientes es el punto de venta. “Allí la marca se lo juega todo y es donde debe crear valor para el cliente, pero no sólo a largo plazo, sino también a corto plazo”, destaca Oroval.

En opinión de Oriol Iglesias, profesor de Márketing de Esade, “las marcas blancas son las que mejor encarnan los valores de funcionalidad y racionalidad. En tiempos de crisis económica, son las que más incrementan su cuota de mercado, porque ofrecen funcionalidad y no sentimiento”.

Experiencia


En este sentido, Mario Ezquerra, socio de Accenture y director de Accenture Marketing Sciences, explica que “el consumidor valora la experiencia de marca y no sólo el servicio al cliente en estos momentos”. Según un estudio de Forrester Research, un 65% de las enseñas ha percibido esta tendencia y está incrementando la atención a sus consumidores y no se centran únicamente en los mensajes de marca.
Un ejemplo de esta necesidad se observa en el sector del automóvil. Para Iglesias, “las marcas de automóviles de lujo deben seguir invirtiendo en crear valor de marca a largo plazo, para cuando la economía se recupere, pero deben concentrarse en el corto plazo, incluso mediante inversiones en segundas marcas, tal como están haciendo Ariel o Armani”.

Existe, además, una correlación entre la experiencia de marca y la lealtad del cliente. Como señala Iglesias, “cuanto mayor es la experiencia de marca, mayor es la fidelidad en términos de compra y la vinculación emocional para volver a adquirir ese producto o recomendar esa enseña”.

¿Cuáles son las características que definen a una buena marca? Para Ezquerro, “debe tener en cuenta la voz del cliente, considerando lo que quiere y valora; debe medir la ejecución de la experiencia de forma continuada y detallada; y debe haber una coherencia entre el servicio que se ofrece y la ejecución”. Asimismo, una buena marca “debe involucrar tanto al cliente, como a sus empleados, que son muchas veces los que interactúan directamente con el consumidor”, matiza Oroval.

El director del Centro de la Marca de Esade apunta, además, otro ámbito que puede cobrar relevancia: “La responsabilidad social corporativa podría empezar a ganar peso para hacer frente al escepticismo y al desencanto del consumidor”. El secreto es, por lo tanto, “ser capaz de transmitir tu propuesta de valor al cliente y ser consecuente con lo que te rodea”, asegura el socio de Accenture.

Ventaja

¿Tener una marca reconocida es una ventaja para que las empresas puedan afrontar la difícil coyuntura? Tal como recuerda Ezquerro, “antes de la crisis económica, ya había un consenso amplio de que tener una marca reconocida es un valor para las compañías”.
Así, entre 2003 y 2007, en un periodo de bonanza económica, el índice Standard & Poor’s se revalorizó un 50%, mientras que las empresas que forman parte de las 100 marcas más valiosas, lo hicieron en un 100%. En España, la situación se reprodujo y, si el Ibex 35 se revalorizó un 150%, las 50 marcas más importantes lo hicieron en un 200%. “La marca fuerte sitúa mejor a las empresas en términos de resultados, una tendencia que será aún más creciente ahora, porque te permite aguantar mejor tu posición para luego relanzarte”, advierte Ezquerro.

“A partir de la caída, las marcas reputadas recuperan su nivel anterior más rápidamente”, señala Oroval, mientras que su compañero de Esade puntualiza: “Una marca fuerte tiene un fondo de garantía que le permite afrontar con más comodidad este tipo de situaciones”.

Para Oroval, “la recesión económica ha provocado una polarización de las marcas entre las más fuertes y las low cost. Las enseñas intermedias serán las que más sufran, al igual que las enseñas fuertes que no inviertan en experiencia de marca e innovación”.