lunes, 11 de mayo de 2009

UN CONTRATO PSICOLÓGICO


Además del contrato convencional, existe un acuerdo que se refiere a la expectativa recíproca del individuo y de la organización. Infórmese sobre las ventajas de este importante elemento en las relaciones laborales.Cuando una persona se integra a una organización, después de un largo proceso de reclutamiento y selección de personal, la empresa debe preocuparse por crear condiciones que permitan al nuevo trabajador desenvolverse con el máximo de su potencial, para así generar mayor productividad y coadyudar a la consecución de los objetivos organizacionales. Por otro lado, se deben brindar las posibilidades de desarrollo del trabajador para el logro de sus expectativas y su realización (oportunidad de ascensos, jornada laboral adecuada, prestaciones, seguridad, asumir mayores responsabilidades y por ende mejores condiciones económicas, etc.). Esta situación exige algo más que un simple contrato formal, es apremiante un contrato psicológico entre el individuo y la organización.


Este contrato psicológico se refiere a la expectativa recíproca del individuo y de la organización, que se extiende más allá de cualquier contrato formal de empleo que establezca el trabajo a realizar y la recompensa a recibir. Aunque no exista acuerdo formal o cosa expresada claramente, el contrato psicológico es un acuerdo tácito entre individuo y organización, en el sentido de que una amplia variedad de derechos, privilegios y obligaciones, consagrados por las costumbres y que serán observados y respetados por las partes.


El contrato psicológico es un elemento importante en cualquier relación laboral e influye en el comportamiento de las partes. Un contrato es una especie de acuerdo o expectativa que las personas mantienen consigo mismas y con los demás. En el fondo, cada persona representa sus propios contratos, que rigen tanto las relaciones interpersonales como las relaciones que la persona mantiene consigo misma (relaciones intrapersonal). Una fuente común de dificultades en las relaciones interpersonales es la falta de acuerdos explícitos y claros.


La noción de un contrato psicológico implica la existencia de un conjunto de expectativas recíprocas, no escritas en parte alguna. Muchas de las expectativas son implícitas y tienen mucho que ver con el sentidos de dignidad y de importancia de la persona. Todos esperamos que la organización nos trate como seres humanos, que nos brinde oportunidad de crecer y aprender más. Gran parte de los problemas que conducen al descontento laboral, a las huelgas y a la deserción, tienen mucho que ver con incumplimientos evidentes del contrato psicológico.


La interacción psicológica entre empleado y organización es un proceso de reciprocidad: La organización realiza ciertas cosas por el trabajador y para el trabajador, lo remunera, le da seguridad y status; de modo recíproco, el empleado responde trabajando y desempeñando sus tareas. La organización espera que el empleado obedezca ante su autoridad y, a su vez, el empleado espera que la organización se comporte correctamente con él y obre con justicia. La organización refuerza su expectativa mediante ciertos intentos de influir en las persona o de limitar su participación. Las dos partes de la interacción están guiadas por directrices que definen lo que es correcto y equitativo y lo que no lo es.


El contrato psicológico cambia con el tiempo a medida que cambian las necesidades de la organización y las del individuo. Lo que un trabajador espera de su trabajo a los 25 años de edad puede ser completamente diferente de lo que ese mismo empleado espera a los 50. En la misma forma, lo que la organización espera de una persona durante períodos acelerados de crecimiento, puede ser completamente diferente de lo que esa misma organización espera cuando alcanza cierta estabilidad o cuando esta sufriendo un revés económico.


Si la organización cumple el contrato formal solamente, pero no el psicológico, los trabajadores tienden a tener bajo rendimiento y menor satisfacción en el empleo en vista de que no logran sus expectativas intrínsecas. Por el contrario, si éstas se cumplen tanto económicas como psicológicamente, los trabajadores se sienten satisfechos, permanecen en la organización y tienen un alto nivel de desempeño.


En la medida en que las necesidades y las fuerzas externas cambian, cambian también las expectativas, convirtiendo al contrato psicológico en un contrato dinámico que debe negociarse constantemente. El contrato psicológico es un poderoso determinante de la conducta de las organizaciones, a pesar de que no aparece escrito en parte alguna.


CONFLICTO ENTRE INTERESES INDIVIDUALES Y ORGANIZACIONALES


Las metas organizacionales y las individuales no siempre son las mismas. En la práctica se comprueba que «el hombre busca el máximo placer con mínimo esfuerzo» (Adam Smith). Es decir, los trabajadores tratan de sacar mejores beneficios de la empresa sin que su contribución sea importante. Por otro lado, muchos empresarios explotan a sus trabajadores para tener mayor utilidad.


En la medida en que se manejan bien las organizaciones, éstas sobreviven o crecen; al crecer, las organizaciones requieren mayor número de personas para la ejecución de las actividades para el cumplimiento de sus objetivos, y estas personas, al ingresar en las organizaciones, no siempre lo hacen pensando en los intereses de la empresa, sino que persiguen básicamente objetivos individuales. Esto hace que gradualmente los objetivos organizacionales se alejen de los objetivos individuales de los nuevos participantes, generándose de esta manera una variedad de comportamientos e intereses aislados y complejos entre el individuo y la organización.


Si bien es cierto que las organizaciones necesitan de las personas para cumplir sus objetivos y las personas necesitan de las organizaciones para satisfacer sus necesidades; es decir, ambos se necesitan, en el aspecto práctico y de manera casi natural, cada uno de ellos pretenden sacar ventajas frente al otro. Esta situación genera mayor complejidad en la relación organización-personas.


Para trazar caminos para una integración individuo-organización realmente efectiva, la mayor parte de la responsabilidad recae sobre la decisión de la alta gerencia. Además de la dificultad intrínseca que el ejercicio de la tarea gerencial conlleva, Toffler anticipa que se complicará bastante en el futuro. El comportamiento del gerente tendrá que satisfacer simultáneamente varios objetivos. Dentro de ellos deberá mejorar su capacidad para escuchar a diferentes personas y conciliar intereses.

"SE DEBE SER EXIGENTE, PERO NO IMPACIENTE ", aconseja Andrés López Valderrama, director general de Corferias


Él es, a pesar de su juventud, un gerente muy maduro. Sus reflexiones y decisiones son el fruto de análisis profundos, no improvisa nada.
Además, es un buen ejemplo de una mentalidad global, porque su marco de referencia no es el país, sino el mundo entero.


¿Cuáles son los pilares de su estilo gerencial?


Creo en el liderazgo situacional. Es decir, que según la madurez de una organización, se debe usar un estilo diferente. A mayor madurez, mayor delegación, más empoderamiento y autonomía, menor control y seguimiento.
Otro elemento clave es un sistema integral de gestión que, de manera holística, facilite la puesta en marcha de los planes de acción. También pienso que es indispensable generar y consolidar una cultura que inculque y fomente valores tales como la innovación, la visión global y la responsabilidad (que implica trascender en el entorno, que la empresa sea un factor de desarrollo con equidad de la sociedad).


¿Cuáles son sus principales herramientas de gestión?


Lo más importante es entender muy bien cuál es el negocio en el uno está. Para ello hay que explorar en profundidad lo que se hace acá y en otros lugares del mundo. Y se deben hacer preguntas agudas para desafiar el status quo. Luego se puede pasar a una fase creativa, en la que se generen ideas que produzcan una discontinuidad -un gran cambio que nos mueva hacia un nuevo paradigma.
Creo que la Estrategia del océano azul es un gran concepto que ayuda en este proceso, porque lo pone a uno a pensar en interrogantes cruciales: ¿cómo hacer irrelevante a la competencia?, ¿cómo cambiar las reglas del juego en el negocio en el que uno opera?
El siguiente paso es el de la planeación por escenarios -que implica hacer simulaciones con los factores y variables esenciales. Y por último se construye un Balance Scorecard, donde se resumen los planes de acción, sus metas e indicadores de desempeño. Y todo esto se aterriza en responsabilidades claras para todos.


¿Cuáles han sido las principales lecciones que ha aprendido de sus errores y aciertos?


De mis equivocaciones he aprendido que no se puede hacer todo a la vez. Y que no se debe afanar tanto, las cosas verdaderamente valiosas tardan tiempo en producirse. Hay que ser exigente pero paciente. También he aprendido que hay que entender muy bien la dinámica de los grupos, porque uno como jefe no puede dirigir simplemente con un "notifíquese y cúmplase" y esperar que aparezcan los resultados deseados.
De mis aciertos he aprendido que vale la pena pensar y actuar en grande. En Colombia la educación llena a la gente de limitaciones y de temores, mientras que en los países más avanzados les enseñan a sus ciudadanos todo lo contrario -que no hay restricciones, que hay que soñar en grande.


¿Qué busca al ahora de seleccionar a sus colaboradores más cercanos?


Que sean flexibles para aprender y desaprender constantemente. Además, que sean creativos, que tengan visiones ambiciosas, que trabajen bien en equipo y que sean buenos seres humanos.


¿Qué les aconseja a los jóvenes profesionales que está iniciando su carrera?


Les sugiero que sean emprendedores, creando sus propias empresas o generando nuevas ideas. También, que tengan un horizonte de pensamiento a mediano y largo plazo, que no sean cortoplacistas. Y que asuman su responsabilidad social, que le den sentido a su vida personal y profesional en función de su contribución a la comunidad.


¿Qué les recomienda a las universidades que están formando a los empresarios del futuro?


Deben acercarse más al mundo empresarial, para producir conocimiento aplicado a la realidad nacional. No deben seguir importando teorías extranjeras que acá no tienen vigencia. Pero lo más trascendental es que les abran la mente global, para que comprendan -expresándolo coloquialmente- que el edificio Colpatria no es el más alto del mundo.


¿Cuál es su definición personal de liderazgo?


Un líder es una persona capaz de diseñar un futuro mejor y de movilizar la gente hacia él.


¿A cuáles líderes admira y por qué?


A todos los empresarios nacionales porque han podido generar riqueza a pesar de circunstancias tan adversas.

SOLO EL 20% DE LAS EMPRESAS RECURREN A REDES SOCIALES PARA BUSCAR EMPLEADOS


Pese a que reconocen sus potencialidades, no están sacando todo su partido a estas herramientas

Sólo 8 de cada 10 empresas está usando páginas de redes sociales para reclutar nuevos empleados, según una encuesta de Chartered Institute of Personnel and Development. Según la encuesta, únicamente el 8% de las organizaciones tiene previsto empezar a usar la web 2.0 para cubrir puestos vacantes. Es cierto, dice el informe, que muchos empresarios se han dado ya cuenta del potencial que tienen estas herramientas para entrar en contacto con futuros empleados, pero están ahora en pleno proceso para aprender a sacarle el máximo partido. Mientras, los trabajadores ya usan masivamente las redes sociales para comunicarse e incluso para llevar a cabo acciones de protesta contra sus organizaciones. Por Raúl Morales.

El auge de la web 2.0, con páginas como MySpace, Facebook o Second Life, donde los trabajadores han creado sus propios avatares, se ha convertido en un auténtico reto para los empresarios. Así, sólo el 20% de ellos usan las redes sociales para reclutar nuevos trabajadores, según un estudio del Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD).
Los empresarios han visto hace tiempo el potencial de estas páginas web para atraer o para retener talentos. Ahora, están luchando para sacar el máximo partido a esta tecnología para hacer que su presencia se note pero no espante a los trabajadores con los que tratan de entrar en contacto.


Pero hay otra tendencia que está poniendo en jaque a los empresarios. Los trabajadores usan ya la web 2.0 para criticar o para informar sobre sus empresas, o incluso para movilizar y coordinar disputas industriales. El pasado otoño, por ejemplo, 9.000 trabajadores de IBM en Italia y otros 1.850 avatares de 30 países llevaron a cabo una protesta en Second Life, donde la empresa tiene un campus virtual.


Otras empresas, como Burberry o eBay, han sido objeto de protestas a través de blogs y otros medios de comunicación online. Estas y otras iniciativas laborales han tenido el apoyo de un sindicato, llamado Union Island, que opera exclusivamente en Second Life, y que enseña cómo sacar todo el partido a las redes sociales y las páginas de realidad virtual.
La encuesta llevada a cabo por el CIPD entre 800 empresas ha puesto de manifiesto que la mayoría (8 de cada 10) no está usando la web 2.0 para atraer o contratar nuevos empleados. Sólo el 8% de los entrevistados tenían planeado usar esta tecnología durante el próximo año.


Cómo perciben a la empresa


Más de la mitad, sin embargo, reconocía que las redes sociales son útiles para comunicarse y comprometer a potenciales empleados en busca de un puesto de trabajo. Un porcentaje similar también manifestó que este tipo de páginas web arrojaría luz sobre cómo eran percibidos por los empleados en el mercado laboral. El 90% de las organizaciones que participaron en la encuesta dijeron no usar las redes sociales como herramienta para investigar a los candidatos durante el proceso de selección. Esto, dice el informe, ha creado un interesante debate en el mundo del Recursos Humanos últimamente.


“Las organizaciones deberían tener cuidado a la hora de usar estas tecnologías para investigar a sus candidatos. En la búsqueda de la persona correcta para un puesto, las redes sociales pueden ser irrelevantes, pero también pueden desorientar”, comenta Debora Fernon, consejera del CIPD, a Management Issues. “Las buenas prácticas requieren que todos los candidatos sean tratados equitativamente, lo que quiere decir que todos ellos deben tener un perfil parecido antes de que la información sea usada. Esto es una reto, ya que no todo el mundo tiene su perfil en una red social”, puntualiza.


La riqueza multimedia y la conectividad de la web 2.0 proporciona una oportunidad para que las empresas interesadas en cubrir vacantes pueden crear experiencias online que permiten a los empleados potenciales experimentar cómo sería trabajar para esa empresa.
De las 54 organizaciones que usan la redes sociales para atraer o reclutar o empleados, los site favoritos son LinkedIn, Facebook y MySpace.


¿Pérdida de tiempo?


Otro tema que preocupa mucho a las empresas es el tiempo que usan sus empleados en usar y alimentar este tipo de páginas. Otra investigación de la Confederation of British Industry ha calculado que los trabajadores británicos empelan una hora y media a la semana de su horario laboral para fines personales. Esta encuesta fue hecha a 503 organizaciones, sumando entre todas ellas a un millón de trabajadores. Otro dato destacado fue que el 60% de los empresarios pensaba que su staff usaba horas de trabajo que no eran de comida para visitar páginas no relacionadas estrictamente con su labor. Las páginas que visitan con más asiduidad son las redes sociales, el web mail, portales de compras y portales de vacaciones.


Más de la mitad de las organizaciones (el 54%) reconocía restringir el acceso a Internet, aunque la extensión de esas restricciones variaba. Así, el 14% lo restringía totalmente, un 25% no lo limitaba y un 7% estaba considerando la posibilidad de imponer límites. También hay organizaciones que se sitúan en la opinión contraria. De hecho las hay que apoyan el uso de Internet para fines personales en horas de trabajo, ya que consideran que es un plus que motiva y que supone un descanso equiparable al tomarse un café.