lunes, 10 de agosto de 2009

Una experiencia de espanto en Cartagena

He visitado Cartagena con la idea de encontrar una típica ciudad caribeña con sabor latino. Lamentablemente, la cantidad de diferentes experiencias que van desde el destrato, pasando por el robo y finalmente hasta por el miedo, nos obligaron a terminar anticipadamente nuestras vacaciones y salir poco menos que huyendo de ese lugar.
Juro que no exagero en nada de lo que relato.

Nos hospedamos en el hotel Cartagena Real, frente a la playa, en Bocagrande, que dice que es un 3 estrellas. Nada más lejos!

Ni hablar que la mayoría de las habitaciones no tienen agua caliente, y solo con la queja enérgica logramos que nos cambien a una que sí tiene un calentador pequeñito que alcanza para ducharse con un hilo de agua tibia.

Lo más horrible fue escuchar durante toda la noche un ruido proveniente del entretecho, que terminó siendo una simpática rata que asomaba su cabeza por el agujero que había hecho.
La gerencia del hotel se limitó a decirnos que Cartagena está lleno de ratas y que si no nos gustaba nos podíamos ir... agregando otra serie de insultos y destratos.

Nada de cambiarnos de habitación ni mucho menos compensar para nada las molestias... qué va!
Por el contrario, al regresar nos encontramos conque nos habían desaparecido varios objetos (cámara de fotos, gafas de sol y otras cosas menores). Ante la queja, nadie se hizo responsable porque el hotel cuenta con caja de seguridad... (claro, nada más normal que dejar tu cámara o tus gafas en la caja... qué estupido que fui!)

Pasando del hotel, siguen las cuentas:

Al salir y llegar a la playa, tienes el acoso de una docena de vendedores que te ofrecen y casi te obligan sin dejarte respirar, toda clase de collares, relojes falsificados, igual que gafas, cigarrillos, cigarros, ropa, masajes, trenzas para el pelo, comida, frutas, etc...
Claro que esto hace que no puedas pasar ni un minuto tranquilo, y salgas desesperado jurando no volver a pisar esa playa.

Ese es otro capítulo: la arena es oscura y llena de suciedad y desperdicios que deja la gente. El mar, exactamente lo mismo: te metes esquivando bolsas de plástico, latas y hasta preservativos. Un asco.

Saliendo fuera de Bocagrande, hay playas mejores, pero nada que ver con la idea de arena blanca y mar azul transparente que uno piensa. Eso existe, pero lejos, bien en las Islas del Rosario o Playa Blanca (lo más bonito).

En la Ciudad Vieja, siendo guiados por alguien de allí, puedes evitar que te roben o que te engañen.

La suciedad en el piso, la miseria en todas partes, los olores de los desperdicios exacerbados por el calor, contrastan con algunos restaurantes de excelente nivel y algunos comercios interesantes.

Ni hablar de lo que es Cartagena propiamente dicha, no a la parte turística, adonde ver niños desnudos y descalzos corriendo con perros muertos de hambre, las personas en su máxima expresión de miseria, muchos borrachos tirados en la calle pidiendo dinero para comer a los que transitan y la gente botando la basura en el medio de la calle, te hace pensar que estás en una escena del Dante y hacen que no te den ganas de volver por allí.

Si por casualidad te toca cambiar dinero extranjero, prepárate para recibir un 20 o un 25% menos de lo que corresponde.

Todo lo que te venden es susceptible a pedir rebajas en el precio. Si eres hábil, terminas consiguendo lo que quieres por la mitad, poco más o menos.

Lamentablemente, hemos vivido todo el tiempo con temor e inseguridad en casi todos los lugares, especialmente de noche, pese a que hay bastante policía y vigilancia.

Vale la pena visitar la Plaza Santo Domingo por la noche, tomar o comer alguna cosa (algo más caro que en otros lugares) y ver a los grupos que cantan en las mesas o al mimo (excelente) o si tienes suerte, a los grupos que danzan cosas típicas de la Costa Colombiana.

Imperdibles los fresquísimos jugos de frutas hechos al momento y algunas tiendas con ropas y artesanías típicas. También resulta interesante ver llegar los barquitos cargados de pesca. Como una excursión casi obligada, vale la pena ir a conocer las Islas del Rosario y bucear a pulmón en los arrecifes de coral.

En resumen, a mi modesto entender, por lo que vas a gastar en Cartagena, puedes encontrar infinidad de otros lugares que te ofrecerán mejores playas (por lejos), mejores y muchos más seguros lugares para visitar sin pasar temores.

Si debo calificar por puntos: 2 sobre 10. Lo siento mucho porque mis expectativas terminaron como mis vacaciones: anticipadamente 10 días.

Consejo: olvídate de Cartagena de Indias si buscas descanso, diversión o seguridad. Yo, por lo menos, tengo suficiente.

2 comentarios:

Beyty Camargo Martinez dijo...

Es deplorable la realidad que vive nuestra Cartagena, que para muchos que no la conocen es un lugar maravilloso con personas cálidas y lleno de magia... pero la realidad de quienes la habitamos es otra. No se me hace nada exagerado este relato, es mas, faltan muchas cosas como la drogadicción y la prostitución, factores que reflejan la deplorable situación en la que se encuentra la ciudad. Se me hace vergonzosamente común pasar en las noches por la plaza de la aduana y estar rodeada por mujeres que están a la espera de los "clientes" .

Realmente el relato se quedó corto y aunque refleja muchas de las cosas malas que pasan en esta ciudad hay muchas más y peores.

Por último como dicen varios carteles en la universidad "No es más limpio el lugar que mas se limpia, sino el que menos se ensucia" Depende de uno mismo si queremos seguir ensuciando, finalmente si ensuciamos... nadie va a querer limpiar.


Beyty Camargo Martinez
Ingeniería Industrial
VIII Semestre

Luis David Castillo Gonzalez dijo...

La gente para criticar, busquenla, a lo mejor tuvo mala suerte en la reservación del hotel, en los lugares que frecuento, si yo voy a salir de viaje, a pasear, no voy a ir a lo mas marginal del lugar, porque lo mas seguro es que me encuentre con todo lo que esta en el articulo, que es lo que uno encuentra en cualquier lugar del mundo, uno ve en television los lugares bonitos de Francia,España, etc.. pero me imagino, aunque no los conozca que deben tener su lado malo. No es que apruebe, ni que este contento con la realidad de mi ciudad, pero hay estamos cambiando, se ve poco el cambio, pero no para desprestigiarla de esa manera, un ejemplo, tan mal que habla del centro, pero estoy seguro que cuando quiere salir a bailar, pasear, el centro es seguro que vamos (y tan malo que es), Caratgena si tiene problemas, no sabria dar en este momento soluciones, pero si es cierto que el cambio empieza en casa.

Luis David Castillo Gonzalez
VIII Semestre
Ingeniería Industrial