Tenía apenas 12 años, estaba a punto de finalizar el año 1991. Todo era alegría en mi casa, disfrutaba con mis padres y vecinos los momentos previos a la llegada del nuevo año. Un sorbo de licor estaba a punto de cambiar mi vida”.
Así comenzó la historia de *Leynis, quien inició el año 1992 con otra mentalidad, pues la orden de sus padres de ir a la tienda a comprar una botella de ron lo motivó a ingerir el primer trago. Quería conocer el mundo cuando se está borracho.
Por eso, con total atrevimiento destapó la botella y de inmediato se la llevó a la boca e ingirió una buena dosis.
“Llegue a mi casa y mentí, dije que al abrir la botella se me había derramado. A los pocos minutos comencé a sentir los efectos de ese primer trago, me retiré de la reunión familiar y me uní a unos amiguitos, con quienes celebré la osadía de tomarme mi primer trago de ron. La cabeza me daba vueltas, esa fue mi primera borrachera”.
Leynis es el segundo entre sus cinco hermanos. Sus padres y en realidad toda la familia guarda principios morales muy sanos. Su padre un gran comerciante y su madre una ama de casa, jamás pensaron que su querido hijo tocara el fondo del abismo por culpa de las drogas y el alcohol.
Pese a los buenos consejos, él siempre quiso estar rodeado con los más desordenados de su colegio y con personas con rasgos antisociales.
Ya para entonces Leynis bebía exageradamente y por ello no era aceptado en el círculo de amigos sanos.
“El tiempo fue desnudando mi personalidad inquieta, algunas veces agresivas y otras excesivamente amorosa. Empece a vivir en un vaivén de emociones que poco a poco y a medida que la ingesta de alcohol iba aumentando, se iban saliendo de todo control por parte mía”, comenta.
LOS 18 AÑOS
Ya a los 18 años, a Leynis le era difícil celebrar acontecimientos, triste o alegres, sin la compañía del alcohol y por ello buscaba pretextos para tomar y cualquier excusa era suficiente para evadir cualquier responsabilidad que se lo impidiera hacer.
Precisamente al cumplir sus 18 años sale al mercado la canción que se convertiría en el himno de Leynis, la cual lo impulsaba a tomar más licor. Ron pa’ todo el mundo.
“Esa canción la pedía en cualquier lugar, elegante o cuchitril, pues a esa edad ya no respetaba ni sitio, ni horario, ni espacio para tomar. Por su puesto deje de asistir a las reuniones familiares, pues no me brindaban nada atractivo y era muy aburrido escuchar a mis padres hablar de los éxitos de mis otros hermanos, quienes una vez terminaban el bachillerato ingresaban a la universidad, lo que me hacía sentir muy mal, pues sabía que la carrera que yo había iniciado era la del alcoholismo. Las puertas se me comenzaron a cerrar, no valían consejos, ni los llantos de mi madre, no valían reprimendas de ningún tipo. Mi objetivo era emborracharme”.
EL SEGUNDO PASO
El siguiente paso de Leynis, las drogas, le aseguraría los años más desgraciados de su vida. Ya tenía 22 años y conoció la marihuana y el perico. Ya se le había perdido todo sueño del pasado y del futuro, a cambio existía en él una inclemente obsesión por tomar y consumir drogas.
“La personalidad de un alcohólico como yo varía en instantes y aunque en algunos intervalos de tiempo podía darme cuenta del daño que me causaba y del daño que le causaba a los demás, no tenía la suficiente voluntad, ni un firme deseo de dejar mi adicción. Entonces ya me emborrachaba para olvidar que era un borracho”. Afirma con nostalgia Leynis.
Pese a su comportamiento, la madre del protagonista de esta historia busca ayuda y alivio en grupos de oración, mientras que su padre comentaba a sus familiares que prefería verlo muerto ante que recogiendo cartones y botellas en una calle. El drama de Leynis había tocado fondo
“Mis hermanos, que ya no eran cuatro sino tres, pues había uno que por vergüenza negaba serlo, buscaban por todos los medios comunicarse conmigo en los pocos ratos que pasaba en la casa. Todo intento de ayuda era en vano, mi mente se había retorcido de tal manera que mi comportamiento era el de un ser totalmente antisocial, mentiroso, tramposo, egoísta, agresivo, lujurioso y muchas cosas más que me convirtieron en el pecador más detestable y asqueroso de este mundo”, dice.
Leynis dice, que sentía admiración por aquellas personas que consumían dos o tres cervezas y se retiraban a sus casas, lo que le causaba indignación por no poder hacerlo.
“Yo no era capaz de hacer eso, cuando empezaba no había poder humano que me hiciera detener. Una vez abierta la botella mi mente se convertía en un carrusel de locuras que eran alimentadas por un consumo insaciable que terminaba siempre en un desmoralizador y tenaz guayabo.
DE TOLÚ A ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
Tolú es el más conocido de los balnearios del departamento de Sucre y quizás de la Costa Norte de Colombia, ese lugar se convirtió en la fuga geográfica más cercana para Leynis.
Allí formó relaciones con una sociedad estrictamente alcohólica.
“Yo creo que mi aspecto físico de esos días era el de un náufrago, cabello largo, ojos saltones, pantalón corto, camisetas rotas, sandalias en mal estado, cadavérico y quemado”.
Los días pasaban lentamente en Tolú, entre bullicio y parrandas continuas, Leynis seguía su vida, no le importaba nada, el licor y las drogas eran todo para él.
“En una de mis venidas a Sincelejo el bus nos dejó cerca de la Casa Cural, mis amigos me esperaban para decirme que me tenía que meter a Alcohólicos Anónimos y por su puesto yo les conteste que allí iban a meter a sus madres”.
En ese tiempo, precisamente en uno de los salones de la Casa Cural funcionaba una sede de Alcohólicos Anónimos, pero Leynis desconocía que él lo era, que el alcoholismo es una enfermedad y por su mente jamás se le pasó pedir ayuda, pues tenía el agravante que decía que podía controlar el trago, cuando en realidad todo era diferente, ya el alcohol y otras cosas negativa dominaban totalmente su vida, sus acciones físicas y hasta su mente.
“Algún día alguien me dijo que podía tener solución el problema de mi alcoholismo, le preste atención y decidí buscar ayuda. Fui donde curiosos o curanderos que me suministraron brebajes de toda índole, obviamente, sin ningún resultado. Estuve en dos o tres religiones diferentes, en algunas me sacaron el espíritu de la borrachera y no sé cuantas locuras más, lo cierto es que no sé en que momento se volvieron a meter y a pesar de la ayuda psicológica, psiquiátrica y médica, los resultados eran pocos, en algunos casos nulos y no entendía que la decisión final para parar de beber la debía tomar yo, pues como no creía en Dios, no confiaba en nadie superior a mí, o quizás a pesar de todas las adversidades, yo me creía un Dios”, sostiene con vehemencia Leynis.
EL AVISO
Fue un aviso de un hotelucho del centro de Sincelejo, en donde pasaba sus momentos lujuriosos, el que le informó que su problema tenía solución. En la pared de ese cuarto estaba un letrero con el emblema de la comunidad de Alcohólicos Anónimos y un grupo llamado Al-anón.
“A los tres meses llamé y me atendió un hombre que me dijo que tuvo los mismos problemas que yo y que con la asistencia a varias reuniones se le había solucionado varios de sus problemas. Yo realmente no tenía nada que perder, ya todo lo había perdido y lo que fuera a suceder, no podría ser peor de lo que tenía, así que una noche me aliste y fui a mi primera reunión. Me recibieron dos personas con sonrisas tan cariñosas como de quienes esperan a un familiar y escuche de sus palabras mucha comprensión, que hacía tiempo, pero mucho tiempo no recibía de nadie, tal vez por mi estado mental y físico”.
Desde entonces Leynis asiste a la comunidad de Alcohólicos Anónimos, donde comparte fortalezas y esperanzas, en donde verdaderos amigos le han enseñado a sobrellevar sus dificultades y a superar muchos de sus problemas.
“Ahora tengo una mente lúcida, he recuperado parte de mi familia, tengo un buen trabajo, mi autoestima me ha hecho recuperar un físico más agradable y gracias a Dios, a quien encontré en esta comunidad, soy un ser humano feliz, útil a la sociedad. Tal vez Dios me acompañó en todos los peligros que pude superar, tal vez ahora comprendo que me tenía reservado un lugar en la comunidad de Alcohólicos Anónimos y por eso ahora sin vergüenza alguna puedo contarle a cualquier persona que este sufriendo el alcoholismo en sus distintas facetas, que hay un lugar donde se puede recuperar. Gracias a Dios ahora mis rumbas son sanas, comidas y bebidas no alcohólicas, mucha naturaleza y mucha paz”.
Ahora la vida es totalmente diferente para Leynis, sus consumos en estos momentos son de amor. Él suministra dosis de alegría y dulzura. Él todos los días demuestra que tiene talento, que es capaz de embellecer a todo al que a él acude, que no guarda resentimientos de nadie y de nada. Que es un hombre reconocido por su espíritu altruista, que las puertas de su corazón está abierta, sonriendo como las figuras de mujeres que reciben a sus clientes.
*El nombre fue cambiado por solicitud expresa del protagonista.
Cómo saber si se es alcohólico
Responda sí o no a las siguientes 12 preguntas.
1. Ha tratado alguna vez de no beber por una semana o más, sin haber logrado cumplir el plazo.
2. Le molestan los consejos de otras personas que han tratado de convencerle que deje de beber.
3. Ha tratado alguna vez de controlarse, cambiando de una clase de bebida a otra.
4. Ha bebido alguna vez por la mañana durante el último año.
5. Envidia usted a las personas que piden beber sin que esto les ocasiones dificultades.
6. Ha empeorado progresivamente su problema con la bebida durante el último año.
7. Ha ocasionado su modalidad de beber problemas en el hogar.
8. En reuniones sociales en donde la bebida es controlada, trata usted de conseguir tragos extras.
9. A pesar de ser evidente que no puede controlarse, ha continuado usted afirmando que puede dejar de beber por si solo cuando quiera hacerlo.
10. Ha faltado a su trabajo durante el último año a causa de la bebida.
11. Ha tenido alguna vez lagunas mentales a causa de la bebida.
12. Ha pensado alguna vez que podría tener más éxito en la vida si no bebiera.
Cualquier persona que conteste sí a cuatro o más de estas 12 preguntas, tiene tendencias alcohólicas definidas.
Así comenzó la historia de *Leynis, quien inició el año 1992 con otra mentalidad, pues la orden de sus padres de ir a la tienda a comprar una botella de ron lo motivó a ingerir el primer trago. Quería conocer el mundo cuando se está borracho.
Por eso, con total atrevimiento destapó la botella y de inmediato se la llevó a la boca e ingirió una buena dosis.
“Llegue a mi casa y mentí, dije que al abrir la botella se me había derramado. A los pocos minutos comencé a sentir los efectos de ese primer trago, me retiré de la reunión familiar y me uní a unos amiguitos, con quienes celebré la osadía de tomarme mi primer trago de ron. La cabeza me daba vueltas, esa fue mi primera borrachera”.
Leynis es el segundo entre sus cinco hermanos. Sus padres y en realidad toda la familia guarda principios morales muy sanos. Su padre un gran comerciante y su madre una ama de casa, jamás pensaron que su querido hijo tocara el fondo del abismo por culpa de las drogas y el alcohol.
Pese a los buenos consejos, él siempre quiso estar rodeado con los más desordenados de su colegio y con personas con rasgos antisociales.
Ya para entonces Leynis bebía exageradamente y por ello no era aceptado en el círculo de amigos sanos.
“El tiempo fue desnudando mi personalidad inquieta, algunas veces agresivas y otras excesivamente amorosa. Empece a vivir en un vaivén de emociones que poco a poco y a medida que la ingesta de alcohol iba aumentando, se iban saliendo de todo control por parte mía”, comenta.
LOS 18 AÑOS
Ya a los 18 años, a Leynis le era difícil celebrar acontecimientos, triste o alegres, sin la compañía del alcohol y por ello buscaba pretextos para tomar y cualquier excusa era suficiente para evadir cualquier responsabilidad que se lo impidiera hacer.
Precisamente al cumplir sus 18 años sale al mercado la canción que se convertiría en el himno de Leynis, la cual lo impulsaba a tomar más licor. Ron pa’ todo el mundo.
“Esa canción la pedía en cualquier lugar, elegante o cuchitril, pues a esa edad ya no respetaba ni sitio, ni horario, ni espacio para tomar. Por su puesto deje de asistir a las reuniones familiares, pues no me brindaban nada atractivo y era muy aburrido escuchar a mis padres hablar de los éxitos de mis otros hermanos, quienes una vez terminaban el bachillerato ingresaban a la universidad, lo que me hacía sentir muy mal, pues sabía que la carrera que yo había iniciado era la del alcoholismo. Las puertas se me comenzaron a cerrar, no valían consejos, ni los llantos de mi madre, no valían reprimendas de ningún tipo. Mi objetivo era emborracharme”.
EL SEGUNDO PASO
El siguiente paso de Leynis, las drogas, le aseguraría los años más desgraciados de su vida. Ya tenía 22 años y conoció la marihuana y el perico. Ya se le había perdido todo sueño del pasado y del futuro, a cambio existía en él una inclemente obsesión por tomar y consumir drogas.
“La personalidad de un alcohólico como yo varía en instantes y aunque en algunos intervalos de tiempo podía darme cuenta del daño que me causaba y del daño que le causaba a los demás, no tenía la suficiente voluntad, ni un firme deseo de dejar mi adicción. Entonces ya me emborrachaba para olvidar que era un borracho”. Afirma con nostalgia Leynis.
Pese a su comportamiento, la madre del protagonista de esta historia busca ayuda y alivio en grupos de oración, mientras que su padre comentaba a sus familiares que prefería verlo muerto ante que recogiendo cartones y botellas en una calle. El drama de Leynis había tocado fondo
“Mis hermanos, que ya no eran cuatro sino tres, pues había uno que por vergüenza negaba serlo, buscaban por todos los medios comunicarse conmigo en los pocos ratos que pasaba en la casa. Todo intento de ayuda era en vano, mi mente se había retorcido de tal manera que mi comportamiento era el de un ser totalmente antisocial, mentiroso, tramposo, egoísta, agresivo, lujurioso y muchas cosas más que me convirtieron en el pecador más detestable y asqueroso de este mundo”, dice.
Leynis dice, que sentía admiración por aquellas personas que consumían dos o tres cervezas y se retiraban a sus casas, lo que le causaba indignación por no poder hacerlo.
“Yo no era capaz de hacer eso, cuando empezaba no había poder humano que me hiciera detener. Una vez abierta la botella mi mente se convertía en un carrusel de locuras que eran alimentadas por un consumo insaciable que terminaba siempre en un desmoralizador y tenaz guayabo.
DE TOLÚ A ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS
Tolú es el más conocido de los balnearios del departamento de Sucre y quizás de la Costa Norte de Colombia, ese lugar se convirtió en la fuga geográfica más cercana para Leynis.
Allí formó relaciones con una sociedad estrictamente alcohólica.
“Yo creo que mi aspecto físico de esos días era el de un náufrago, cabello largo, ojos saltones, pantalón corto, camisetas rotas, sandalias en mal estado, cadavérico y quemado”.
Los días pasaban lentamente en Tolú, entre bullicio y parrandas continuas, Leynis seguía su vida, no le importaba nada, el licor y las drogas eran todo para él.
“En una de mis venidas a Sincelejo el bus nos dejó cerca de la Casa Cural, mis amigos me esperaban para decirme que me tenía que meter a Alcohólicos Anónimos y por su puesto yo les conteste que allí iban a meter a sus madres”.
En ese tiempo, precisamente en uno de los salones de la Casa Cural funcionaba una sede de Alcohólicos Anónimos, pero Leynis desconocía que él lo era, que el alcoholismo es una enfermedad y por su mente jamás se le pasó pedir ayuda, pues tenía el agravante que decía que podía controlar el trago, cuando en realidad todo era diferente, ya el alcohol y otras cosas negativa dominaban totalmente su vida, sus acciones físicas y hasta su mente.
“Algún día alguien me dijo que podía tener solución el problema de mi alcoholismo, le preste atención y decidí buscar ayuda. Fui donde curiosos o curanderos que me suministraron brebajes de toda índole, obviamente, sin ningún resultado. Estuve en dos o tres religiones diferentes, en algunas me sacaron el espíritu de la borrachera y no sé cuantas locuras más, lo cierto es que no sé en que momento se volvieron a meter y a pesar de la ayuda psicológica, psiquiátrica y médica, los resultados eran pocos, en algunos casos nulos y no entendía que la decisión final para parar de beber la debía tomar yo, pues como no creía en Dios, no confiaba en nadie superior a mí, o quizás a pesar de todas las adversidades, yo me creía un Dios”, sostiene con vehemencia Leynis.
EL AVISO
Fue un aviso de un hotelucho del centro de Sincelejo, en donde pasaba sus momentos lujuriosos, el que le informó que su problema tenía solución. En la pared de ese cuarto estaba un letrero con el emblema de la comunidad de Alcohólicos Anónimos y un grupo llamado Al-anón.
“A los tres meses llamé y me atendió un hombre que me dijo que tuvo los mismos problemas que yo y que con la asistencia a varias reuniones se le había solucionado varios de sus problemas. Yo realmente no tenía nada que perder, ya todo lo había perdido y lo que fuera a suceder, no podría ser peor de lo que tenía, así que una noche me aliste y fui a mi primera reunión. Me recibieron dos personas con sonrisas tan cariñosas como de quienes esperan a un familiar y escuche de sus palabras mucha comprensión, que hacía tiempo, pero mucho tiempo no recibía de nadie, tal vez por mi estado mental y físico”.
Desde entonces Leynis asiste a la comunidad de Alcohólicos Anónimos, donde comparte fortalezas y esperanzas, en donde verdaderos amigos le han enseñado a sobrellevar sus dificultades y a superar muchos de sus problemas.
“Ahora tengo una mente lúcida, he recuperado parte de mi familia, tengo un buen trabajo, mi autoestima me ha hecho recuperar un físico más agradable y gracias a Dios, a quien encontré en esta comunidad, soy un ser humano feliz, útil a la sociedad. Tal vez Dios me acompañó en todos los peligros que pude superar, tal vez ahora comprendo que me tenía reservado un lugar en la comunidad de Alcohólicos Anónimos y por eso ahora sin vergüenza alguna puedo contarle a cualquier persona que este sufriendo el alcoholismo en sus distintas facetas, que hay un lugar donde se puede recuperar. Gracias a Dios ahora mis rumbas son sanas, comidas y bebidas no alcohólicas, mucha naturaleza y mucha paz”.
Ahora la vida es totalmente diferente para Leynis, sus consumos en estos momentos son de amor. Él suministra dosis de alegría y dulzura. Él todos los días demuestra que tiene talento, que es capaz de embellecer a todo al que a él acude, que no guarda resentimientos de nadie y de nada. Que es un hombre reconocido por su espíritu altruista, que las puertas de su corazón está abierta, sonriendo como las figuras de mujeres que reciben a sus clientes.
*El nombre fue cambiado por solicitud expresa del protagonista.
Cómo saber si se es alcohólico
Responda sí o no a las siguientes 12 preguntas.
1. Ha tratado alguna vez de no beber por una semana o más, sin haber logrado cumplir el plazo.
2. Le molestan los consejos de otras personas que han tratado de convencerle que deje de beber.
3. Ha tratado alguna vez de controlarse, cambiando de una clase de bebida a otra.
4. Ha bebido alguna vez por la mañana durante el último año.
5. Envidia usted a las personas que piden beber sin que esto les ocasiones dificultades.
6. Ha empeorado progresivamente su problema con la bebida durante el último año.
7. Ha ocasionado su modalidad de beber problemas en el hogar.
8. En reuniones sociales en donde la bebida es controlada, trata usted de conseguir tragos extras.
9. A pesar de ser evidente que no puede controlarse, ha continuado usted afirmando que puede dejar de beber por si solo cuando quiera hacerlo.
10. Ha faltado a su trabajo durante el último año a causa de la bebida.
11. Ha tenido alguna vez lagunas mentales a causa de la bebida.
12. Ha pensado alguna vez que podría tener más éxito en la vida si no bebiera.
Cualquier persona que conteste sí a cuatro o más de estas 12 preguntas, tiene tendencias alcohólicas definidas.
11 comentarios:
el consumo de alcohol atemprana edad es uno de los problema que abarca la sociedad colombiana.
el alcoholismo y la adiccion alas drogas es una emfermedad que destruyes la familias, las personas y todo el entorno que rodea a una persona que es adicta Convertirse en alcohólico en la adolescencia no sólo predice una adolescencia anegada en alcohol. También puede predecir problemas por décadas, pues aparentemente contribuye a niveles mayores de alcoholismo y renuencia a buscar ayuda. El consumo de alcohol es un hábito, forma parte de los llamados estilos de vida, estando ampliamente extendido y culturalmente aceptado en la mayoría de los países. Por tanto, no es solo un comportamiento individual, sino que se encuentra fuertemente influenciado por normas sociales y por el contexto socioeconómico y cultural en el que vivimos. Cambios en estos contextos se acompañan de cambios en el uso y el abuso de alcohol.El consumo juvenil del alcohol presenta hoy unas características propias que han generado una cultura del consumo de alcohol diferenciada del consumo tradicional.
Progresivamente se va consolidando un patrón juvenil de consumo de alcohol, caracterizado por ser en el fin de semana y por su papel fundamental como articulador del ocio y de las relaciones sociales de los adolescentes y jóvenes.
hoy en dia es una dura realidad que los jovenes desde muy temprana edad comiencen a tomar y a ingerir drogas, pienzo que de alguna manera es des cuidos de los padres, por no estar pendiente ni conciente que esto en un futuro le pueda representar algun sintoma de adiccion por comenzar a ingerir este tipo de drogas.
por otra parte me parecio una historia muy interesante con este joven que apezar que ya se veia perdido por completo por las drogas, gracias a la ayuda que brinda estos centros de recuperacion, pudo reabilitacer y ser una persona mas integra y mas sociales y su nivel de vida que cambio dastricamente.
El problema del alcoholismo va ligado a una serie de conflictos internos y muchas veces la familia, que es la que puede brindar el gran apoyo que se necesita para salir de el, ni siquiera se dan cuenta de lo que pasa. El alcohólico no reconoce que esta enfermo hasta cuando ha llegado muy lejos y sus consecuencias han sido lamentables. Por eso es necesario que a las personas desde niños se les enseñe las secuelas y la problemática entorno a las bebidas alcohólicas para cuando estén en edad de hacerlo lo hagan responsablemente.
Desafortunadamente la falta de comunicación y orientación de los padres hacia sus hijos cuando inician la adolescencia, acerca de las sustancias alucinógenas y embriagantes es una de las principales causas por la que muchas veces los jóvenes abusan de estas, donde en la mayoría de los casos les resulta difícil salir del estado depresivo y traumático que el intenso consumo de estas les genera, por lo tanto es responsabilidad de los padres y de las instituciones educativas brindarles el acompañamiento a los adolecentes, al iniciar esta etapa para evitar inconvenientes posteriores y disminuir el índice de adolecentes que se refugian entre otras, en ellas por vacios familiares y problemas morales
muchas veces los problemas familiares y personales nos lleban a tomar esos caminos, pero debemos estar preparados y tomar medidas o buscar ayuda familiar o profecional para evitar caer en una situacion de estas que son muy vergonzosas y que dañan la integridad de la familia y de uno como persona, por lo tanto es mejor saber como, cuando, donde y con quien tomar, para evitar esa serie de problemas.
yo pienso que el problema del alcohol en los menores de edad va myu ligado con la forma de crianza de los padres, ya que en el mayor de los casos existen padres machistas que le inducen el ron a los niños para que segun ellos vallan probandolo; y no saben el daño que eso puede causar ya que el niño todavia no esta en edad de tomar y como el papa le da ron, entonces el toma esos habitos desde muy temprana edad y se pierden parte la etapa pór la que estan pasando.
otra cosa que influye mucho enlos jovenes son los problemas q tienen en sus casas en donde no buscan solucionarlos sino que se ponen a tomar con mucha frecuencia y hasta llegan a consumir drogas, por que en estos ambientes de alcohol siempre esta la droga presente.
La mayoría de las crisis familiares se da por el consumo de alcohol, tanto en hombres como mujeres, para algunas personas el alcohol es un escape de la realidad. No siendo conscientes que los problemas en vez de resolverlos, los agrandan con el alcohol, que en ocasiones conduce al consumo de drogas. Situación que conlleva a otros degeneradores de familia, como son las rumbas, la promiscuidad, problemas económicos, maltrato familiar, entre otros.
Normalmente un padre de familia llega a casa y la esposa lo recibe con las deudas de los servicios y las quejas de los niños, situación que el hombre toma como disculpa para faltar al hogar. En el caso de la mujer se dice que la razón principal en la que ingresa al mundo del alcoholismo es por la soledad y baja autoestima, por lo general son personas que se encierran a consumir alcohol, con la pobre disculpa de ahogar las penas y los problemas.
Reconocer que se tiene problemas de alcoholismo no es fácil, necesariamente tienen que tocar fondo para concientizarse de ello, que necesitan ayuda externa y apoyo familiar, lo peor en estos casos es dejarlos solos.
Todos somos consientes cuando comenzamos a tomar alcohol de que es perjudicial para la salud y que hay que controlarlo, pero hay muchas personas como es el caso de lenys que no se dan cuenta en que momento este vicio; porque es un vicio se nos sale de las manos y por el podemos terminar perdiendo todo y lo mas importante que son los seres mas queridos...
... muchas veces en la adolescencia creemos que el alcohol es lo máximo, que al estado que te lleva es lo mejor pero no nos damos cuentas que a futuro, si no sabemos controlarlo se puede convertir en un gran problema y llevarnos a destruir nuestra propia vida...
Hola compañeros, mi opinión acerca de este tema que es bastante serio, sobretodo en la juventud:
El consumo de alcohol es un tema muy delicado, La verdad que muchos jóvenes empiezan a ser alcohólicos cuando solo tienen 15 años y otros antes. Muchos adolescentes no se dan cuenta de los peligros que conlleva para su salud. Están en un momento de su vida llenos de inseguridades y posiblemente llenos de complejos. El alcohol les ayuda a perder los miedos, a olvidar los complejos y lo necesitan para poder divertirse. Se empieza por ahí, y algunos acaban siendo alcohólicos.
Aquí es muy importante el papel que desempeñan los padres. Los niños hacen lo que ven en casa. Si los padres son grandes bebedores es probable que ellos lo vean como una cosa normal. Es importante inculcarles valores y hacerles ver que tanto el alcohol como el tabaco son drogas. Hay que hablarles de las consecuencias, de los accidentes fatales. Meterles en actividades deportivas, jugar con ellos, pasar más tiempo de ocio juntos les ayudara a tener unos valores familiares y sociales muy altos. Hay que ayudarles a luchar contra sus complejos para que se sienta seguros de ellos mismos y no tengan que echar mano del alcohol.
Se debería afrontar este tema, como debate en la familia, dándole a las bebidas alcohólicas la categoría de droga, y procurar que vean a los alcohólicos como gente que necesita de un tratamiento costoso y largo para poder salir a flote en la vida y que lo asocien con la depresión y la enfermedad mental.
La escuela y la comunidad misma también deben poner su granito de arena en este tema que hoy en día, se está volviendo tan habitual y peligroso pero como dije en un principio la familia es el elemento central para que los chicos y en un futuro adultos, puedan decir no al alcohol.
En la actualidad se ve mucho que los jovenes empiezan a tomar alcohol a muy temprana edad, en todos los estratos sociales, esto es un gran problema devido a que la sociedad se va deteriorando poco a poco y de las generaciones futuras lo que se espera es que sean peores,y no se le busca unas solucion a esta problematica, la educacion empieza desde casa y desde que los niños son pequeños hay que advertilos de de los peligros que esto implica, hay que controlar bien a los hijos pero sin llegasr a extremos como el maltrato que lo que hace es empeorar las cosas, hay que hablarles a los jovenes de acuerdo a la epoca y al contexto, ya que no era lo mismo educar a un joven hace 50 años que hoy en dia con la cantidad de informacion que adquieren los jovenes a temprana edad.
El alcoholismo hoy en día se ha convertido en un problema social que viene afectando cada vez a más jóvenes. Una de las causas de este problema es que desde temprano los jóvenes ven una sociedad con una cultura consumista en la que se muestra el consumo de licores como un requisito para ser aceptado en la sociedad. Esta situación puede llevar a la perdición a muchos jóvenes que caen en el alcoholismo y así poco a poco van cayendo en otros vicios.
Pero también hay que tener en cuenta que esta situación no es suficiente para que una persona pase del tomar moderadamente a convertirse en alcohólico. El alcoholismo, como todos los demás vicios, se da cuando la persona tiene un vacío emocional el cual inconcientemente tratará de llenar de alguna forma, y si no se logra llenar este vacío la persona buscará salirse de la realidad y es aquí cuando aparece el alcohol o las drogas como una salida.
Publicar un comentario